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Publicado el ago 22, 2025

Aspectos destacados

En 2003, el mixólogo cubano Sergio Serrano ganó el Campeonato Mundial de Cócteles con 'Adán y Eva', un homenaje a la cultura cubana.

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En el año 2003, el reconocido mixólogo cubano Sergio Serrano Rivero destacó en el ámbito de la coctelera al hacerse con el título del Campeonato Mundial de Cócteles, gracias a su creación 'Adán y Eva', una bebida que rinde homenaje a la rica cultura cubana.

La historia de los cócteles en Cuba se remonta a siglos atrás, comenzando con el 'Drake', una mezcla de alcohol con hojas de menta maceradas, que era apreciada por el privado británico Sir Francis Drake en el siglo XVI, seguido por 'El Tren', una combinación de ginebra, cebada y agua caliente que se popularizó a inicios del siglo XX.

El arte de la coctelería cubana comenzó a florecer hace alrededor de 100 años, especialmente durante la Prohibición en Estados Unidos, que dio lugar a la llegada masiva de turistas en busca de alcohol. José Rafa Malen, presidente de la Asociación de Barmans de Cuba, señala que la Habana emergió como la "capital del arte del cóctel".

El auge de la coctelería se formalizó con la creación en 1924 del Club de Bartenders de Cuba, el primero de su tipo en América Latina y solo el segundo en el mundo. Este espacio se convirtió en un punto de encuentro relevante para bartenders y aficionados de la mezcla de bebidas.

Un factor crucial detrás del éxito de los cócteles cubanos fue la producción a partir de 1862 de ron en la isla, elaborado de melaza, que se convirtió en la base para innumerables mezclas. Los primeros cócteles, en su mayoría, se preparaban con ginebra, pero el ron tomó protagonismo a medida que las recetas evolucionaban.

El daiquirí, un célebre cóctel cubano, encontró su inicio en Santiago de Cuba, donde se concibió en su forma más básica, y fue popularizado en La Habana por Emilio González en 1922. Posteriormente, Constantino Ribalaigua refinó la receta añadiendo hielo triturado y licor de cereza, dando origen a la versión que hoy conocemos.

El famoso bar 'El Floridita', frecuentado por el aclamado autor Ernest Hemingway, ha sido un símbolo de la cultura coctelera de Cuba, donde su particular versión del daiquirí se sirve a los visitantes. Los bartenders, como Alejandro Bolívar, recuerdan que Hemingway prefería su bebida sin azúcar, con más ron y un toque de toronja.

Otro importante local, 'Sloppy Joe's', se convirtió en un favorito de las celebridades de Hollywood hasta los años 50, antes de sufrir muchos años de cierre. Tras su renovación en 2012, el bar recibió nuevamente a turistas que buscan deleitarse con un sentido de historia y nostalgia.

Entre los cócteles que han dejado huella en la isla se encuentran el mojito y el Cuba libre, cada uno con su respectiva historia. Mientras el mojito ofrece un toque fresco, el Cuba libre combina ron con Coca-Cola, creando un sabor que representa la esencia de la cultura cubana.

A pesar de la rica historia detrás de estas bebidas, la innovación sigue presente en la coctelería cubana. La creación de Sergio Serrano con 'Adán y Eva' refleja la continuidad de esta tradición, y lugares como 'El Floridita' siguen siendo un punto de encuentro vibrante para los amantes de la coctelera de todo el mundo.

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