El patinaje empodera a jóvenes de Namibia y rompe prejuicios

En Windhoek, Namibia, un parque de patinaje se ha convertido en un símbolo de inclusión y empoderamiento para niños con discapacidades. Esta iniciativa busca mejorar la confianza y aceptación social, rompiendo barreras y estigmas que históricamente han afectado a este grupo.

A través de Skate Aid, una organización no lucrativa internacional, los jóvenes del Instituto de Educación Especial de Namibia están cambiando la narrativa en torno a las personas con discapacidad. El patinaje no solo les brinda oportunidades recreativas, sino que también les ayuda a desarrollar una mayor autoestima y habilidades sociales.

Thomas, un aprendiz que ha crecido enfrentando desafíos por su discapacidad, ha encontrado en el patinaje una forma de inclusión. Afirmó que en la pista todos son iguales, sin importar su condición. Esta actividad le ha dado un nuevo propósito y seguridad en sí mismo.

Desde 2018, el parque de patinaje ha sido un refugio para los estudiantes del Instituto, que alberga escuelas para estudiantes con diversas discapacidades. El sitio también está abierto al público, fomentando una mayor interacción y aceptación en la comunidad.

Kamaya, una patinadora de dieciséis años, ha demostrado que el deporte puede ser una herramienta de comunicación. Ha aprendido lengua de señas para interactuar mejor con sus compañeros, lo que le ha permitido formar un vínculo más estrecho con el equipo.

Michael Kagola, voluntario y entrenador, comentó que en el grupo de patinadores hay niños de diferentes edades y orígenes. Su objetivo es empoderar a los jóvenes y fomentar el trabajo en equipo, enseñándoles que los fracasos son parte del aprendizaje.

Pese a las dificultades económicas que enfrentan muchos de estos niños, la iniciativa busca alejarlos de situaciones perjudiciales y orientar su energía hacia actividades constructivas. Kagola subrayó cómo el simple acto de patinar puede transformar vidas y construir confianza.

Aún sin el reconocimiento formal como deporte en Namibia, estos jóvenes se ven a sí mismos como ganadores. La esperanza es que en el futuro el patinaje obtenga el estatus profesional, pero mientras tanto, el enfoque sigue siendo en brindar oportunidades y empoderamiento.