Puente del Gran Cañón Huajiang: Maravilla de ingeniería y turismo

El Puente del Gran Cañón Huajiang, que se extiende a lo largo de 1,420 metros y se eleva a 625 metros sobre el suelo, ha dado un gran impulso al turismo y a la economía local desde su apertura reciente. Este puente, considerado el más alto del mundo, no solo se trata de un avance de ingeniería, sino que también representa una atracción turística impresionante.

Los visitantes pueden disfrutar de un emocionante ascenso en un elevador panorámico de 207 metros, llegándose a la cima en apenas un minuto. Desde allí, se les invita a relajarse en una cafetería situada a 800 metros sobre el río, donde la experiencia se complementa con vistas espectaculares que se han convertido en un atractivo principal del lugar.

El puente también cuenta con una impresionante sala de observación de vidrio de 1,000 metros cuadrados, que ofrece una caída vertical de más de 600 metros. Para quienes busquen más emociones, hay actividades como la barra de equilibrio en el cielo, el bungee jumping y el paracaidismo a baja altura, convirtiendo este lugar en el primer complejo turístico de su tipo en un puente en China.

Este diseño innovador no solo establece un récord mundial en el vano horizontal del puente, sino que también mejora la conexión entre varias localidades al agilizar el tiempo de viaje a través del cañón, reduciendo de dos horas a tan solo dos minutos. La obra se considera un importante complemento a la autopista Liuzhi-Anlong en la provincia de Guizhou.

Desde su concepción, el Puente del Gran Cañón Huajiang se ha propuesto ser más que un simple medio de transporte, buscando integrar de manera eficaz los recursos turísticos y contribuir significativamente al crecimiento económico de la región, mejorando la calidad de vida en las comunidades locales.

La construcción del puente hizo uso de tecnología de punta como la operación asistida por satélite y el guiado de drones para trabajos de alta precisión. Los ingenieros lograron realizar una construcción milimétrica a 600 metros de altura, completándose en un periodo de tres años.

Los innovadores "cables inteligentes" del puente, que contienen sensores de fibra óptica, permiten un monitoreo constante de parámetros críticos como tensión, temperatura y humedad, lo que garantiza la sostenibilidad y seguridad de la estructura en el tiempo.

El equipo de ingeniería también enfrentó retos significativos al diseñar el tramo de 1,420 metros, implementando soluciones creativas que mejoraron la eficiencia y redujeron el peso de los soportes depositando un enfoque en la reducción del peso y la resistencia estructural.

Un aspecto adicional que merece reconocimiento es el uso de dolomita local en la construcción, la cual fue molida y utilizada para sustituir la escasa ceniza volante. Este enfoque no solo resultó en ahorros de aproximadamente 5 millones de yuanes, sino que también se erige como un modelo de sostenibilidad en los proyectos de construcción actuales.